Del despecho a la alegría - Blog de Gino González

martes, 17 de marzo de 2009

La tenencia de la tierra

“Dios no le dio tierra a nadie
ni dijo que la cogieran
lo que pasa es que el más vivo
a lo macho se alindera”.


Dámaso Figueredo







Soy socorreño, en El Socorro se libró La Batalla de Quebrada Honda, en agosto de 1816, batalla cuya victoria levanta la moral al ejército republicano, el cual venía de recibir la estocada mortal en Urica al caer vencido frente a la aguerrida pasional de las fuerzas clasistas de José Tomás Boves. Bolívar aprendió de Boves y de los consejos de Alejandro Petión en Haití para incorporar definitivamente a los pobres a la causa patriótica y vencer en Carabobo. Al mando de Los Vencedores de Quebrada Honda estaba Gregor Mac Gregor, posteriormente libertador de La Florida por encargo de Simón Bolívar que ya visualizaba las ambiciones imperialistas de los yanquis…pero Mac Gregor no peleó en Quebrada Honda, pasó por El Socorro enfermo y esa mañana siguió hacia Santa María de Ipire con algunos soldados y la batalla la libró Carlos Soblette quien era el segundo al mando. Sublettte después de 1830 traiciona junto a José António Paez . Nosotros en El Socorro queremos a Mac Gregor y en la memoria colectiva tiernamente muchos le atribuyen esa batalla a él. En un programa de radio, una vez, yo aclaré, que así nos duela, quien estaba al mando de la batalla de Quebrada Honda fue Carlos Soublette. A raíz del impacto, un profesor conservador me reclamó diciéndome que eso no se le debía decir al pueblo porque la gente creía que allí había peleado Mac Gregor y esa verdad sería una frustración. Yo le respondí: pero es la verdad.


Con mentiras históricas no se hace una revolución. Nosotros tenemos un marco legal y lo respetamos para el avance del proceso bolívariano, pero no podemos seguir mintiendo en cuanto a que la tierra tiene dueño. No podemos seguir sosteniendo argumentos en relación a la propiedad que sólo contribuyen a la alienación capitalista. La tierra no es de nadie. La tierra es un bien de beneficio público. La propiedad es una patraña. No existe alegría individual. La alegría es colectiva. La herencia es una maldición . La muerte es comunista, pero así no mueras, tampoco la eternidad te da derecho a acumular para ti egoístamente lo que tus hermanos necesitan. Aporte cada cual según su capacidad y reciba cada quien según su necesidad es el proverbio marxista más hermoso de este pobre planeta. De repente, mi camarada, si usted quiere, para no ser tan anarquista y radical, digamos que usted podría ser “dueño” de un chinchorro si usted lo hizo, pero ¡de la tierra!...


Si la tierra estaba hecha / antes que el hombre naciera / díganme con qué derecho / se apoderaron de ella / cómo fue que la compraron / quién fue capaz de venderla. Yo no estoy metiendo embuste / esto es una cosa seria / y reto al terrateniente / que me presente las pruebas / a partir de su escritura / me ajilo hasta la primera / y demuestro que es dudoso / el origen de su hacienda.

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